El Sentimiento Maternal. (Psic.Clin.Cecilia Chávez Bowen)

El embarazo es el primer momento en que se protege al hijo. Desde la manera de pensar en él como un bebé ó como producto/estorbo. ( Hay mujeres que dicen inclusive haber sentido la concepción 🙂 )

El instinto materno refiere a la especie, se habla de acciones para preservar la integridad del hijo frente a cualquier peligro. El sentimiento maternal va más allá, no necesita ser madre biológica para buscar el bienestar de su hijo. Es un vínculo más profundo y emotivo.

Como todo proceso psicológico lleva un tiempo a la mayoría para adaptarse a la idea de ser madre. No siempre es un amor infinito, feliz e instantáneo.

Muchas mujeres quienes son excelentes madres, tuvieron temor de no saber cuidar bien a sus hijos, ó sintieron culpa por no recibir la noticia de su maternidad con alegría. Pero, esos temores, se van superando y la madre (sí, se es madre antes de tener al bebé) se va preparando para el gran momento.

De la ansiedad del embarazo a la emoción de tener su hijo en brazos, la mujer pasa por una montaña rusa de sensaciones, por eso no es de extrañar que le tome un tiempo volver a ser «normal» es decir retomar su rutina.

Leí una vez que una nunca vuelve a dormir tranquila cuando tiene un hijo y creo que es así, siempre hay la preocupación por su bienestar, que supera el cansancio y la propia satisfacción.

Una manera de proteger a nuestros hijos es prepararlos para ser personas autosuficientes, con criterio y con fortaleza física y emocional.

Para que nuestros hijos se desarrollen de manera saludable, es importante que sepan que cuentan con nuestro apoyo.

El mejor apoyo es nuestra presencia, nuestro tiempo dedicado a compartir con ellos, a disfrutar sus alegrías con ellos y a consolarlos cuando sufren.

Es beneficioso permitirles elegir las actividades extracurriculares hasta descubrir sus aptitudes y vocación, no esperar que cumplan nuestros sueños por nosotras.

Siempre sugiero que en vacaciones se los inscriba en cursos de arte un año, deportes otro, ciencias, etc., para descubrir qué los atrae más. Es nuestro deber facilitarles el acercamiento a cada área para que ellos puedan desarrollar todo su potencial.

Es hermoso cuando se puede estar en sus momentos especiales, haciéndoles saber que son importantes,que son nuestro orgullo. No a manera de presión, ni con chantajes emocionales, sino de manera franca.

Esto se logra al valorar a cada hijo por lo que es y no comparar con otros niños creyendo que así se inculca la competencia sana.

La frase «Raíces y Alas» creo que resume el concepto de ser madre. Las raíces son los cuidados básicos (salud, demostraciones de amor, educación básica y, por supuesto, valores), las alas, son para que recorran su mundo por sí mismos.

Hay que darles raíces fuertes y luego, aunque tengamos sentimientos encontrados, hay que estimularlos a volar.

Creo que es vital para la autoestima de un hijo que su madre lo acompañe en sus primeros pasos, en cada área, pero, llega el momento en que hay que ir tomando distancia, para que alce el vuelo solo.

Digo estimular el vuelo, porque a veces hay madres que esperan que el hijo decida abandonar el nido, pero lo han criado con temores ó exceso de comodidades y no querrá hacerlo.

Hay que tratar de no aliviarles toda la carga de dificultades, tienen que aprender a ser responsables y a enfrentar problemas.

Es doloroso para una madre, pero es necesario, podemos guiarlos, pero no debemos hacer las cosas por ellos.
Hay lecciones que necesitan de la experiencia personal y no de enseñanzas maternas.

Si las posibilidades económicas del hogar lo permiten, lo ideal sería que la madre pudiera quedarse y cuidar a su hijo los primeros años/meses.

Es emocionante ser testigo de sus primeros logros en su camino a su independencia: gateo, primeros pasos, ingreso al Jardín de Infantes, primer día de escuela*, presentaciones artísticas, Ferias de Ciencias, competencias deportivas, graduación, entrada a la U., primeros viajes, etc.

Y, momentos muy delicados que requieren nuestra total atención y son prioridad uno: preparación para los cambios hormonales, primer enamoramiento, adaptación social y a veces ciertos obstáculos que los estresan y que depende de nuestra orientación para que no los vivan como fracasos sino como experiencias.

La satisfacción mayor de una madre es el deber cumplido. Ver crecer y desenvolverse bien a nuestros hijos nos llena de orgullo y felicidad.

*Primer día de clases en cada grado, hasta que prefiera ir solo y respetar esa decisión sin sentirnos apenadas, sino contentas por su proceso de individuación.

Publicado en La Revista http://www.larevista.ec/orientacion/psicologia/amorosa-proteccion

Cecilia Chávez Bowen de Larrea
Orientación Familiar y Terapia de Pareja
Email: cecilia@chavezbowen.com
Fonos: 0995377558 04-5120284
http://www.facebook.com/pages/Psicologa-Cecilia-Chavez-Bowen/124749240900678
https://blogdececil.wordpress.com
En Twitter: @cchavezbowen

Deja un comentario